por Lorraine Miller
Te he llamado por tu nombre. (Isaias 43:1)
La manera más efectiva de reclutar miembros es invitarlos perso-nalmente. Esto demuestra que conoces a la comunidad y los dones particulares de sus miembros. Si no es así, sería útil preguntarle a aquellos que la conocen. Considera las cualidades que son importantes para formar un equipo efectivo. Los miembros del equipo del RICA deben manejar información confidencial, estar dispuestos a trabajar en equipo, tener pasión por nuestra fe; y ser flexibles, devotos y entusiastas.
En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. (1 Corintios 12:7)
El proceso del RICA se compone de muchas funciones y responsabilidades diferentes y a pesar de que una sola persona no posee todos los dones necesarios, el Espíritu los ha colocado dentro de la comunidad. Nuestra tarea es encontrarlos e invitarlos. Considere que se necesita para implementar la visión del rito, funciones de: sacerdotes, diáconos, liturgistas, músicos, catequistas, coordinadores de padrinos, líderes de retiros, anfitriones.
¿Hay alguien que valora la palabra de Dios? Invítelo a entregarse y a revelar la palabra. ¿Hay alguien que es alegre y hospitalario? Invítelo a ayudar como anfitrión. ¿Hay alguien que conoce la fe y puede presentarla de una manera efectiva? Tal vez esta persona podría ser un gran catequista. Al reconocer y llamar a participar a personas con dones específicos, usted está dándoles la oportunidad de que ellos utilicen sus dones plenamente y los está ayudando a crecer personalmente, a adueñarse de su ministerio y a comprometerse más con el proceso.
Un equipo que ha sido escogido con base en sus dones, ayuda a conectar a los candidatos y a los catecúmenos a la comunidad, en la cual se encuentra Jesucristo.
La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. (Mateo 9:37)
En la mayoría de las parroquias, sólo un pequeño porcentaje de las personas participan activamente en los ministerios parroquiales, debido a ésto, es un reto encontrar voluntarios que ayuden con el RICA. Comience buscando posibles miembros para su equipo en los grupos de Escritura, en las clases de formación para adultos, entre los participantes de procesos de RICA de años anteriores, entre los padrinos que se enamoraron de este ministerio o entre los padres y los esposos de los recién iniciados que han renovado su fe.
Reconociendo y solicitando los dones de otros, con frecuencia encendemos nuestra propia llama interior. Después de todo, esta labor, como todas las labores del Reino, pertenecen a Dios. Por eso constantemente, «rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha». (Mateo 9:38)